La Primera Clonación De Un Animal Extinto
Fotografía de un ejemplar
joven de la ahora desaparecida cabra salvaje pirenaica
que se ha conseguido clonar con muestras de su ADN.
A
principios del siglo XXI es descubierto en el norte de España el
cadáver de la última cabra salvaje de las montañas. Poco después de ser
encontrada muerta, científicos preservaron muestras de la piel de la
cabra en una solución de nitrógeno líquido, una subespecie del pirineo
Íbice española que habitaba en las montañas alrededor del país.
Utilizando el ADN de las muestras obtenidas de la oreja del pirineo,
los científicos implantaron el material genético en los ovarios de
varias cabras domésticas, clonando exitosamente a un bucardo hembra;
esta es la primera ocasión donde un animal extinto vuelve a la vida.
Lamentablemente,
la recién nacida cría de Íbice falleció poco después de haber llegado a
este mundo debido a defectos físicos en sus pulmones, otros animales
clonados, incluyendo ovejas, que también han sido reproducidos
presentan defectos similares en los pulmones, por lo que científicos
deben avanzar aún mucho con la técnica..
Este avance en la
ciencia de la clonación ha aumentado las esperanzas para salvar
especies en peligro de extinción y al mismo tiempo resucitar a las ya
extintas. Lo cual ha incrementado la posibilidad de que algún día pueda
ser posible reproducir especies extinguidas hace ya muchos años, como
los mamuts, dientes de sable e incluso dinosaurios.
Mientras el
Dr. José Folch, del Centro de Investigación y Tecnología
Agroalimentaria (C.I.T.A.) de Aragón, en Zaragoza, España - dirigió un
estudio conjunto con colegas del Instituto Nacional de Investigación y
Tecnología Agraria y Alimentaria (I.N.I.A.), en la cual confirmó que la
cría reproducida genéticamente era idéntica al bucardo. En estas
especies, la clonación es la única posibilidad para evitar la completa
extinción del animal.
El bucardo era un tipo de cabra
montesa que por desgracia desapareció debido
a la caza abusiva que la llevó a la extinción.
El
bucardo o pirineo Íbice, se distinguía por sus cuernos curvados, los
animales de esta especie eran comunes en el Pirineo Español y en los
pirineos de Francia, pero la caza furtiva durante el siglo XIX redujo
la población de la especie en menos de cien individuos. En el año de
1973 fueron declarados protegidos por leyes ambientales, pero para el
año de 1981 ya solo restaban treinta ejemplares de la especie, los que
habitaban en el Parque Nacional de Ordesa en el distrito de pirineos de
Aragón.
Dr. Folch y sus colegas, quienes fueron patrocinados por
el gobierno regional de Aragón, habían capturado un bucardo hembra años
atrás y extraído una muestra de piel de la oreja, con el fin de ser
preservado gracias a la criogénica. Para la clonación se emplearon
técnicas similares a las usadas con el clon de la oveja Dolly, cuyo
proceso es conocido como transferencia nuclear, gracias al proceso
fueron capaces de transplantar ADN del tejido a ovarios tomados de
cabras domésticas para crear 439 embriones de los cuales 57 fueron
implantados en hembras sustitutas. De todo el estudio solo siete
embriones resultaron con embarazos y solo una de las cabras dio a luz a
un bucardo hembra, el cual murió siete minutos después del
alumbramiento debido a dificultades respiratorias, se especula que se
produjo por fallas en el ADN usado para crear el clon.
A pesar
del ineficiente proceso de clonación y posterior muerte del bucardo
clonado, muchos científicos creen que estos acercamientos pueden ser la
única forma viable para salvar a especies en peligro de extinción. A
esto se le añade las investigaciones del genetista japonés Teruhiko
Wakayama, cuyos resultados subieron las esperanzas de reproducir
especies extintas hace mucho tiempo. Sus resultados se comprobaron por
medio de su estudio, tomando células de ratones congelados hace 16 años
donde logró producir clones perfectamente saludables.
Los
intentos para traer de vuelta a especies como a los mamuts e incluso el
Dodo tienen grandes dificultades, incluso si ADN ha sido preservado en
hielo, se degenera con el tiempo, debilitando la información genética
requerida para producir una copia saludable del animal.
Al
mismo tiempo el profesor Robert Miller, director de el Consejo de
Investigación Médica de la Unidad de Ciencias Reproductiva en la
Universidad de Edimburgo, esta trabajando con la Real Sociedad
Zoológica de Escocia, en un proyecto para utilizar la clonación en
raros mamíferos africanos incluyendo el rinoceronte blanco del norte.
Para el desarrollo de este proyecto se ha formalizado el Instituto para
la Reproducción de los Raros y Amenazados Mamíferos Africanos, con la
esperanza de emplear tecnologías reproductivas para conservar especies
como el lobo de Etiopia, el perro salvaje africano y el hipopótamo
pigmeo. El profesor Miller dijo: “Creo que este es un avance excitante
que promueve gran potencial para regenerar especies extintas.”
Claramente
hay un gran camino por recorrer antes de que pueda ser usado con
efectividad, pero los avances en este campo son tantos, que pronto
habrá soluciones para los problemas que hoy en día parecen
infranqueables. Hay un número de proyectos alrededor del mundo
enfocados en rescatar muestras de ADN de las especies en peligro de
extinción, consiguiendo de este modo ampliar la diversidad genética de
animales en vía de extinción que pueden sufrir problemas de endogamia
debido a sus reducidos números. La Sociedad Zoológica de Londres y el
Museo de Historia Natural, han preparado el proyecto “Frozen Ark” el
arca congelada. Cuyo propósito es preservar el ADN de miles de animales
antes de que desaparezcan por completo.
Fotografía de un ejemplar
joven de la ahora desaparecida cabra salvaje pirenaica
que se ha conseguido clonar con muestras de su ADN.
A
principios del siglo XXI es descubierto en el norte de España el
cadáver de la última cabra salvaje de las montañas. Poco después de ser
encontrada muerta, científicos preservaron muestras de la piel de la
cabra en una solución de nitrógeno líquido, una subespecie del pirineo
Íbice española que habitaba en las montañas alrededor del país.
Utilizando el ADN de las muestras obtenidas de la oreja del pirineo,
los científicos implantaron el material genético en los ovarios de
varias cabras domésticas, clonando exitosamente a un bucardo hembra;
esta es la primera ocasión donde un animal extinto vuelve a la vida.
Lamentablemente,
la recién nacida cría de Íbice falleció poco después de haber llegado a
este mundo debido a defectos físicos en sus pulmones, otros animales
clonados, incluyendo ovejas, que también han sido reproducidos
presentan defectos similares en los pulmones, por lo que científicos
deben avanzar aún mucho con la técnica..
Este avance en la
ciencia de la clonación ha aumentado las esperanzas para salvar
especies en peligro de extinción y al mismo tiempo resucitar a las ya
extintas. Lo cual ha incrementado la posibilidad de que algún día pueda
ser posible reproducir especies extinguidas hace ya muchos años, como
los mamuts, dientes de sable e incluso dinosaurios.
Mientras el
Dr. José Folch, del Centro de Investigación y Tecnología
Agroalimentaria (C.I.T.A.) de Aragón, en Zaragoza, España - dirigió un
estudio conjunto con colegas del Instituto Nacional de Investigación y
Tecnología Agraria y Alimentaria (I.N.I.A.), en la cual confirmó que la
cría reproducida genéticamente era idéntica al bucardo. En estas
especies, la clonación es la única posibilidad para evitar la completa
extinción del animal.
El bucardo era un tipo de cabra
montesa que por desgracia desapareció debido
a la caza abusiva que la llevó a la extinción.
El
bucardo o pirineo Íbice, se distinguía por sus cuernos curvados, los
animales de esta especie eran comunes en el Pirineo Español y en los
pirineos de Francia, pero la caza furtiva durante el siglo XIX redujo
la población de la especie en menos de cien individuos. En el año de
1973 fueron declarados protegidos por leyes ambientales, pero para el
año de 1981 ya solo restaban treinta ejemplares de la especie, los que
habitaban en el Parque Nacional de Ordesa en el distrito de pirineos de
Aragón.
Dr. Folch y sus colegas, quienes fueron patrocinados por
el gobierno regional de Aragón, habían capturado un bucardo hembra años
atrás y extraído una muestra de piel de la oreja, con el fin de ser
preservado gracias a la criogénica. Para la clonación se emplearon
técnicas similares a las usadas con el clon de la oveja Dolly, cuyo
proceso es conocido como transferencia nuclear, gracias al proceso
fueron capaces de transplantar ADN del tejido a ovarios tomados de
cabras domésticas para crear 439 embriones de los cuales 57 fueron
implantados en hembras sustitutas. De todo el estudio solo siete
embriones resultaron con embarazos y solo una de las cabras dio a luz a
un bucardo hembra, el cual murió siete minutos después del
alumbramiento debido a dificultades respiratorias, se especula que se
produjo por fallas en el ADN usado para crear el clon.
A pesar
del ineficiente proceso de clonación y posterior muerte del bucardo
clonado, muchos científicos creen que estos acercamientos pueden ser la
única forma viable para salvar a especies en peligro de extinción. A
esto se le añade las investigaciones del genetista japonés Teruhiko
Wakayama, cuyos resultados subieron las esperanzas de reproducir
especies extintas hace mucho tiempo. Sus resultados se comprobaron por
medio de su estudio, tomando células de ratones congelados hace 16 años
donde logró producir clones perfectamente saludables.
Los
intentos para traer de vuelta a especies como a los mamuts e incluso el
Dodo tienen grandes dificultades, incluso si ADN ha sido preservado en
hielo, se degenera con el tiempo, debilitando la información genética
requerida para producir una copia saludable del animal.
Al
mismo tiempo el profesor Robert Miller, director de el Consejo de
Investigación Médica de la Unidad de Ciencias Reproductiva en la
Universidad de Edimburgo, esta trabajando con la Real Sociedad
Zoológica de Escocia, en un proyecto para utilizar la clonación en
raros mamíferos africanos incluyendo el rinoceronte blanco del norte.
Para el desarrollo de este proyecto se ha formalizado el Instituto para
la Reproducción de los Raros y Amenazados Mamíferos Africanos, con la
esperanza de emplear tecnologías reproductivas para conservar especies
como el lobo de Etiopia, el perro salvaje africano y el hipopótamo
pigmeo. El profesor Miller dijo: “Creo que este es un avance excitante
que promueve gran potencial para regenerar especies extintas.”
Claramente
hay un gran camino por recorrer antes de que pueda ser usado con
efectividad, pero los avances en este campo son tantos, que pronto
habrá soluciones para los problemas que hoy en día parecen
infranqueables. Hay un número de proyectos alrededor del mundo
enfocados en rescatar muestras de ADN de las especies en peligro de
extinción, consiguiendo de este modo ampliar la diversidad genética de
animales en vía de extinción que pueden sufrir problemas de endogamia
debido a sus reducidos números. La Sociedad Zoológica de Londres y el
Museo de Historia Natural, han preparado el proyecto “Frozen Ark” el
arca congelada. Cuyo propósito es preservar el ADN de miles de animales
antes de que desaparezcan por completo.